«Nosotras paramos»: mujeres en huelga

Women of the world, unite!

Soy mujer. Y un entrañable calor me abriga cuando el mundo me golpea. Es el calor de las otras mujeres, de aquellas que hicieron de la vida este rincón sensible, luchador, de piel suave y tierno corazón guerrero.

Alejandra Pizarnik

Bajo los lemas «si mi vida no importa, produzcan sin mí» y «nosotras paramos», las mujeres cesaban sus actividades y salían a la calle en una marcha multitudinaria el pasado 18 de octubre en Argentina. Una protesta que se replicó en otros países de América Latina.

Las huelgas de tareas (remuneradas y no remuneradas) han sido, a lo largo de la historia, una herramienta de empoderamiento para las mujeres a la hora de demandar leyes de igualdad, mejores condiciones laborales, luchar contra la penalización del aborto o decir basta a los feminicidios, por nombrar algunas de las reivindicaciones que han tenido lugar desde principios del siglo XX hasta la actualidad.

En esta parte de la herstoria, el 24 de octubre de 1975 ocupa un lugar importante. Este día, el 90% de las mujeres islandesas se negaron a trabajar, tanto fuera como dentro de casa. La propuesta surgió desde el colectivo Red Stockings (Medias Rojas), un movimiento feminista fundado en 1970. En «El Día Libre de las Mujeres», como pasó a denominarse, Islandia asistió a una gran marcha en la que las allí presentes recordaron a la sociedad su papel a la vez que denunciaban sus bajos salarios y el escaso reconocimiento de las tareas de cuidados. Fueron 25.000 en Reikiavik y muchas tiendas, bancos y fábricas cerraron. También las escuelas, por lo que niños y niñas tuvieron que acompañar a sus padres durante su jornada laboral.

Protestas en Islandia
Más de 25.000 mujeres se manifestaron en Reikiavik. BBC

Meses más tarde, en el verano de 1980, Islandia se convirtió en el primer país europeo en tener a una mujer en la presidencia del Gobierno. Se trataba de Vigdis Finnbogadottir. En una entrevista para la BBC, Finnbogadottir afirmó que «lo que ocurrió ese día [el 24 de octubre de 1975] fue el primer paso para la emancipación de las mujeres en Islandia. Paralizó el país por completo y abrió los ojos de muchos hombres». Hasta entonces, el panorama político del país contaba con una escasa representación femenina: en 1975 tan sólo había tres diputadas, lo que suponía el 5% del Parlamento. A día de hoy, el 44% son mujeres.

El pasado mes de marzo, The Economist colocó a Islandia a la cabeza del mundo en cuanto a igualdad en el terreno laboral en su ránking The best -and worst- places to be a working woman. Sin embargo, las mujeres todavía ganan entre un 14 y un 18% menos que sus colegas hombres.

En 2005, con la llama de 1975 aún prendida, las islandesas comenzaron una protesta que repitieron el pasado lunes, 24 de octubre, cuando se cumplían 41 años de la primera huelga. Consistía en dejar de trabajar a la hora en que, según una comparación con los salarios masculinos, empiezan a trabajar gratis. Una respuesta a la brecha salarial de género por la que pararon su actividad productiva a las 14.38.

La lucha por la autonomía de las mujeres en EEUU también tuvo su huelga

Cinco años antes de la protesta en Islandia, en 1970, Estados Unidos vivía un acontecimiento similar. En la convención nacional de la National Organization for Women (NOW) de 1970, la escritora y activista Betty Friedan convocaba a las feministas a una huelga de mujeres que tendría lugar en agosto de ese mismo año, en el 50 aniversario del derecho al voto femenino.

La activista feminista Jacqueline Ceballos relata en el documental She’s beautiful when she’s angry como Betty Friedan, tras anunciar la huelga, le contaba convencida a la prensa que 50.000 mujeres marcharían el 26 de agosto en Nueva York. El eslogan era «no planches si la huelga está caliente». Con ella se pretendía hacer visible la lucha por la liberación y la autonomía de las mujeres en la que los movimientos feministas estadounidenses venían trabajando desde años atrás.

Mujeres protestando en la Estatua de la Libertad de NY
Días antes de la huelga, varias activistas colgaron una pancarta en la Estatua de la Libertad en la que se leía Women of the world united. NEW YORK DAILY NEWS

Las predicciones de las organizadoras se cumplieron y la jornada se tradujo en un éxito visible en varias ciudades estadounidenses. Allí estuvieron presentes todos los movimientos feministas que habían nacido en aquella época: la Lavender Menace, de mujeres lesbianas, o el colectivo de feministas negras contra el racismo y el machismo.

«Sabemos que tenemos el poder para unirnos, para trabajar juntas, para concretar los cambios que se necesitan», declaró Friedan ante los medios en la Quinta Avenida.

She's beautiful when she's angry
Fotograma del documental She’s beautiful when she’s angry

El Lunes Negro de Polonia

De luto. Así se vistió Polonia el pasado 3 de octubre. El motivo: el rechazo a la iniciativa popular que el Parlamento polaco admitió a trámite y con la que pretendía prohibir la interrupción voluntaria del embarazo. La ley incluía penas de cárcel para las mujeres que abortasen, castigos para los médicos e incluso la investigación de los casos de aborto natural.

Polish women on strike

El rechazo a la norma se hizo visible en este «Lunes Negro», una jornada de huelga en la que miles de mujeres se manifestaron vestidas de negro en varios puntos del país.

Varsovia fue el escenario principal de las protestas. Allí, las manifestantes corearon lemas como: «mi cuerpo, mi decisión» o «queremos médicos, no misioneros».

Como consecuencia de la movilización, el Parlamento dio marcha atrás en su propuesta de ley y declinó aprobar esta reforma.

No obstante, la legislación polaca en temas de salud sexual y reproductiva es una de las más restrictivas de Europa. Sólo permite el aborto en supuestos como la violación, enfermedades graves en el feto o el riesgo para la salud de la madre.

Protestas en Varsovia
Varsovia fue el principal escenario de las protestas. @czarny_protest

Aunque muchas veces silenciadas, las mujeres han protagonizado importantes huelgas frente al menosprecio de sus vidas. Quizás todo comenzó con El Levantamiento de las 20.000 en 1909, la huelga de las camiseras de Nueva York por mejores salarios y condiciones laborales, o tal vez antes. Documentar las huelgas femeninas a lo largo de la historia puede tomarse todavía como un reto. Pero entre tanto silencio, hubo mujeres en pie, esas que Alejandra Pizarnik describió como «(…) aquellas que hicieron de la vida este rincón sensible, luchador, de piel suave y tierno corazón guerrero».


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